El siguiente articulo lo extraje del periodico "Los Tiempos"de la seccion puntos de vista me parece muy interesante a ver que opinan.
El Bolívar llamado Chávez
Por: CLAUDIO FERRUFINO-COQUEUGNIOT
La desfachatez de Hugo Chávez no tiene límites. Apenas electo Barack Obama, quiso atribuirse al menos parte del mérito de la victoria al decir que las ondas "revolucionarias" provenientes del sur tocaban (e influenciaban) ya las puertas de los Estados Unidos, y que también allí se instauraría su famoso "socialismo del siglo XXI". Bajo ese rimbombante lema se agrupan los grupos más disímiles, la mayoría de los cuales no tiene idea de la palabra “socialismo” y que desconoce además los entretelones del antifaz dictatorial que vive detrás del ideario marxista. Eso no es todo, su estupidez cuartelera lo llevó a declarar que quería entrevistarse con "el negro", siendo el negro el presidente electo Obama. Por mucho menos el no muy avispado Berlusconi, en Italia, tiene a la prensa encima al referirse al mismo sujeto --el color de piel del electo—como "tostado". La traducción literal de "el negro" vendría a ser "the nigger" y dudo que Barack Obama y su entorno estén contentos con la triste ironía del cipayo de Caracas. Cierto que mucho no se puede, ni debe, esperarse de alguien que ha hecho del cuartel su vivencia. Con suerte estos individuos de uniforme llegan a doctorarse de bachilleres. En mi tiempo, y creo que en todos los tiempos, la carrera de las armas era para aquellos que no podían sostener un lápiz con soltura y cuyas asignaturas parecían las banderas del socialismo de tan rojas. Ni qué decir del arte de las letras. Sin embargo allí está, en un trono de discordia y de mentira, por no decir del azar que es fugaz e intangible, Hugo Chávez, a quien en sus lejanos tiempos de golpista hasta García Márquez dio un espaldarazo. El venezolano teje una red que se hace extensa, pero cuya formación endeble no creo que soporte el embate de la historia. En estos momentos, con la baja del precio de crudo, Chávez enfrenta una dificultad que puede costarle la carrera, la de presidente, porque la de militar no es propiamente carrera, ni siquiera oficio. Veremos si cuando la economía de su país se vea afectada será tan dadivoso con otros "socialistas" sui generis como el síndico verticalista y candidato al Nobel --y demás premios de la humanidad-- el nunca irreconocible Evo Morales Ayma. Se escuda el presidente, que recuerda a Batista y a Noriega, en la figura incuestionable de Bolívar, cuando su personalidad lo acerca más a Páez o a Santander, cómplices de la caída del gran hombre. Para ser Bolívar primero necesitaría intelecto, y ese elemento no se obtiene en aulas de academia militar. Este es un hombre que cree tener un ideario, azuzado probablemente por intelectuales que necesitaban la fuerza bruta para acercarse al poder y que han sido ofuscados por las circunstancias. Un hombre que no comprende los detalles y que hace de la realidad espejismo, que piensa que al entrechocar de sus botas se cuadrará la humanidad entera; alguien que mezcla ideas disímiles y que cuando se pone a cantar rancheras o calza su ridícula boina roja no se da cuenta que la lleva de bufón. Elemento peligroso porque juega con los impulsos básicos de la masa, militarista en esencia --como la boliviana--, e ignorante. Hábil para el discurso hiriente y no exento de humor popular, es tal vez el líder ideal para el subdesarrollo venezolano, igual a Morales que al decir de mi padre es el gobernante por excelencia para Bolivia. Pero eso es privar a los pueblos del derecho de la duda, de la posibilidad del progreso material e intelectual. Pero mientras más nazcan, y lo que es peor crezcan, estos individuos, nada cambiará. Mejor, ya que ambos son músicos, Chávez y Morales formen una banda itinerante cuyo repertorio incluirá dulzones boleros del Caribe y lamentos andinos. Sus comparsas pueden ser Correa y Ortega mientras Cristina cobra las entradas.